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Archive for diciembre 2008

Lo tuvimos tan cerca…

diciembre 30, 2008 6 comentarios

…que nunca lo vimos. Lo perdimos tan fácil que valió la pena…

y ahora quiero llamarte por teléfono, decirte que aunque no me diera cuenta en aquel momento aquello fue importante para mí.

 

Ha sido el momento mágico del concierto de esta noche, ha sido de nuevo Quique, ha sido de nuevo esta canción. Recuerdo que la última vez que la escuché nada había ocurrido entonces, ahora ya ha pasado todo. Quique abre y cierra esto, él abre y cierra esta etapa. Que ya ha de ser finalizada. Llegó el momento de asumir cosas, pero es que me duele al tragar solo de pensarlo, me duele todo lo que logró cicatrizar en este tiempo, me duele saber que ya no será, me duele saber que no voy a saber, me duele pensar que todo queda en nada, me dueles, me duele la falta de voluntad, me duele renunciar a lo que llevo sintiendo casi todo el año, me duele, pero es así.

Y el miedo es el opio que nos seda para evitar tomar decisiones, la incertidumbre de lo que podrá ser si no doy un paso, la falsa esperanza, la falta de empuje, NO.

Ya no, ya no puedo querer algo irreal más que a mí mismo, ya no puede ser así.

En mi interior guardo un sentimiento muy bonito, y no se me irá nunca, solo queda aprender a vivir con ello y olvidarme de que hubiera sido maravilloso.

Quizás solo lo hubiera sido en mi cabeza, porque si eso fuera real, no hubiera sido todo tan complicado y no hubiera yo tenido que asumir pruebas importantes. Ya no puede ser así.

Me llevo la luna debajo del brazo, como hice antes de todo, y como creo que tengo que hacer después. Comienza el 2009…

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Tu silencio me agota

diciembre 28, 2008 3 comentarios

y al mío obligado aún más. Dónde estás? donde está tu voz? dónde busco tu rastro? Cómo puedo decirte algo? Cómo hablarte?

Estoy agotado, frustrado, confundido, abatido, qué difícil es aceptar un silencio cuando siempre he sabido que estamos hechos para ser uno.

Pero es lo que me toca vivir, día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto.

Voy a tener que acabar diciendo «hasta aquí», y será una de las lástimas más grandes de la vida.

Yo no lo elijo, fui el más afortunado por tenerte. Ahora no sé quien soy.

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Amapola

diciembre 24, 2008 3 comentarios

bonita palabra, pensé eso cuando te lo vi puesto por primera vez. Hoy estás aquí, mañana allí, hoy estoy a tu lado, mañana lejos, pero siempre noto que estás desde que te conozco. Me sentí arropado por tí este fin de semana. Es cierto, tímida, con cabeza tendiendo a mirar al suelo, de pocas palabras, pero no me hacen falta. Estar contigo me da tranquilidad, tu sonrisa me encanta y tu mirada es maravillosa, creo que si pudieras verla jamás mirarías al suelo. Y me encantaría que si lo haces, no sea por nada triste, por nada podrido, simplemente porque eres así.

A mi me encantaste desde que te vi cruzar la carretera, esperándote yo en el Zig Zag, por primera vez. He discrepado contigo todo lo que ha hecho falta, he coincidido contigo todo lo que se ha terciado, hemos reído, hemos estado tensos y también tristes. Hemos mezclado bastantes estados de ánimo en poco tiempo, lo que hace aún todo mejor.

Donde muere un alma rota, se esconde una gran señora, y una gran mujer. Noble, sincera, madura, serena, picarona, tímida, y realmente encantadora. Esa eres tú, y así es como te veo. Gracias por dejarme entrar en tu vida.

 

Feliz navidad para tí, Julia.

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Vomitar vísceras de pascua

diciembre 24, 2008 4 comentarios

y nada más.

Que nadie me dé palmaditas en la espalda. Tan solo quiero echarlas.

Voy a estallar.

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Me da miedo…

diciembre 24, 2008 2 comentarios

…decirte lo mucho que te quiero…

por si algún día, o ahora mismo, a las 10:46, no le das el valor que se merece…

Me da miedo la estabilidad de mis sentimientos, por si me quedo aprisionado, anclado, en la nada. Pero me das tanto que soy capaz de sentirte aunque mi casa esté sola, aunque todo yo esté solo, aunque mis dedos no alcancen los tuyos, aunque agarren el aire vacío.

Quiero que nos volvamos a hacer fotos y que hagamos pompas de jabón un día soleado. Odio las borrascas difíciles que hacen que nuestra vida pase, caminando de puntillas por lo que nos negamos a darnos.

 

Ayer grabamos nuestra primera canción, «Regálame septiembres». Estoy contento, pero tu sonrisa me haría más feliz, como ya me hizo. Hoy tengo una sensación de último día que me apena, pero eso ya es cosa mía.

 

Feliz navidad a tod@s.

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0:07

diciembre 22, 2008 3 comentarios

Ya han marcado las 0:08, y es la primera vez que me ocurre el estar parado delante del editor sin saber que escribir. Qué podría escribir que no te haya dicho ya? Qué podría decirte que mis ojos no te lo hayan dicho ya? Como podría mirarte de otra manera?

Y gritar 100 es lo que me sale. El daño que un día estuvo ya no está, se desvaneció. 

Lo único que sé, es afirmar la evidencia. Tú y yo no somos como el resto del mundo. A ningún nivel.

Aprendí a entenderte entre dolor y dolor, y ahora sé, me siento que sé, siento que conozco lo que antes desconocía, siento que añoro lo que antes creí olvidar.

Eres tanto que las 6 horas y media que nos separan para mí son segundos, porque estoy tan cerca de ti que no hay valla que me aleje.

 

El ron sabe mejor cuando se comparte con una sonrisa.

Y la mía te la regalo.

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Las cosas bonitas que no te dije

diciembre 21, 2008 8 comentarios

…y me pediste. Pero no pude, aunque muriera de ganas, aunque deseara con todas mis fuerzas hacerlo, no pude. Me encanta vacilarte, es algo que tú y yo llevamos bien, pero no pude intercalarlo con palabras bonitas. Hubiera sido perderme en ti, dejarme fluir desde dentro y no acabar, y no acertar con las palabras, y no parar de mirarte fijamente a esos ojos que me nublan el enfoque cuando los miro. 

Y es que esta vez Zahara parecía muda, nunca la ví desde una última fila, pero es que eso me permitió estar en primera para contemplarte de nuevo, para volverte  a notar, para volverte a hablar, para que me cogieras del hombro, para que apoyaras tu cabeza en mí, para que llenaras toda la sala únicamente con tu presencia. Y no pude decirte a qué olías, no fuí capaz, porque tuve que callar que olías a mi cama vacía durante mes y medio, la cual se quedó hueca cuando marchaste. Tuve que callar que olías a mi tarde en aquél polígono, a mi coche durante unos días, a tu libro, al paseo marítimo de tu ciudad, a nuestro beso en la barra de aquél pub, a todo lo que se me quedó grabado en la cabeza, tan bonito y especial que no lo puedo olvidar, a pesar de que tú creas que no lo recuerdo.

Tu pelo rizado, tu risa, y tu forma de mirarme, siempre penetrante, siempre cómplice. Porque no soy capaz de describir nada, pero sí soy consciente de que nuestra complicidad traspasa fronteras. Intenté no compartir «con las ganas» contigo, intenté evadirme en esa canción, intenté sentirla individualmente, porque asociar esa canción a ti ya hubiera sido liberar todo lo que tuve que contener, dejarme llevar como otras veces, porque lo siento así, porque lo veo así, porque no puedo evitarlo.

Hoy creí que iba en dirección contraria a la hora de volver, tenía el deseo de bajar un poco más al sur, de sentirte de nuevo, de quitar este saber a poco que me ha llenado, pero que ahora me vacía…

Nunca digas que eres un cero, nunca pienses que eres nada, hueles a azul, sabes a miel y tu tacto es sonrisa.

Yo te noté y tú me notaste, sólo con mirarnos sabemos lo que hay.

 

Y de nuevo, te digo lo que te dije aquél domingo en Chamartín: me moriré de ganas de decirte, que te voy a echar de menos.

Fuiste tú y sigues siendo tú, anoche tuve más de lo normal.

 

Suena: Con las ganas – Zahara

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Destellos de ser yo

diciembre 16, 2008 6 comentarios

Apagué una estrella, una más de esas que a veces se te encienden, y la apagué por no poder rodar a una velocidad que a lo mejor me hubiera encantado. Mi mente va rápido, mi vida lenta, y no puedo sincronizarlas como quisiera. Porque no puedo apostar por lo difuso, porque no puedo entender los grises, porque me asusta la vida que se escapa de las manos.

Y así soy yo y así seré, y no me gusta cerrar puertas que no he abierto, y no me gusta bailar solo en las pistas, y no me gusta ver las farolas apagadas. Acaba el 2008 y con él un año intenso, el que más desde el principio de lo nuevo. Sigo en el mismo punto que todos, pero sentimentalmente he comprobado cosas y me he llegado a conocer mucho a mí mismo. No podría decir eso de los anteriores, todo es un proceso, la calma y la desesperación y las malas noticias suelen ser los mejores profesores, para saber lo que quieres y hasta donde puedes llegar.

Borramos un diciembre más, y con él, muchas ilusiones compartidas. No viajé solo este año, lo hice con varias personas, pronto vereis el vídeo.

Este año, como bien sabes, sólo te lo puedo dedicar a tí. Escucha «días de siesta», te gustará.

Suena: Días de siesta – Zahara

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Ya no estás…

diciembre 15, 2008 5 comentarios

…pero estuviste. Y no confundas lo que fue anoche, anoche fue cielo, anoche fueron ojos de cristal, que miraban fijamente y contaban sin ningún miedo lo que eran tus ganas de vivir. Y vivir quieres, y vivier sientes, y fuerza desprendes, aunque a veces te falte el aliento para alcanzar lo más dulce que deseas. Y lo harás, porque te sobra fuerza, porque te sobran ganas, porque con solo mirarme me hacías sentir único. Y eso no se paga ni con las cuatro botellas de vino que se vaciaban al mismo ritmo que aumentaba nuestra complicidad.

Y es que deseo tuve, y es que deseo ví, pero quería mostrarte mi mundo, porque lo más importante siempre se suele guardar en la funda de una guitarra, porque lo más imperceptible es lo que nos hizo conjunto. Y conjunto fuimos en la noche en que el silencio envolvía nuestro escándalo, y nos agarramos de la mano tan fuerte que nuestros dedos se iban a deshacer, y acariciarte fue tan lindo que no me he vuelto a lavar las manos, y ensuciarnos de deseo fue tan único que no puedo dejar de pensar en el labio que mordí. Y deshacerme en tu piel fue lo que más desee, y inundarme de tus caricias fue lo que más grite, en esta noche de estrellas en mi mente, en esta noche de luz en las cuatro paredes de Madrazo, 31.

Y no me digas que no somos, y no me digas que no hacemos, porque no acabó la noche en el asiento de un taxi, porque no fue solo el camino de vuelta a casa, porque no quisimos reducirlo todo al pavimento. Gràcia me separa de tu pueblo que es mi pueblo, pero mis sentidos te acompañaron allí donde fuiste, donde un día fuí, años hace ya. Y te quise decir que fuimos un pasado que no entendimos, y fuimos un ayer que nunca supimos, pero somos un hoy que queda patente. En mi retina, en tu retina, en lo que fuimos dos.

Hoy vi las botellas vacías después de la noche en que me sentí lleno, porque me hiciste vibrar, porque desde hace mucho tiempo era nada, pero no era alguien. Tú conseguiste que fuera yo, yo intenté conseguir que fueras tú. Eso ya me lo dirás en su debido momento. Hasta el amanecer tuve esperanza de arañar tu piel, hasta el atardecer estuve pensandote como lo que fuimos. Y espero que seamos, y espero que seremos.

Tu móvil murió, porque matamos la desilusión, porque engendramos las ganas, y así fue, y tus ojos vidriosos me lo dijeron tantas veces que no pude contarlas con mis dedos, solo pude besarte.

Para mi esta noche también fue el arcoiris.

Quiero agarrarte la mano hasta que nuestras huellas dactilares se confundan. Te espero aquí.

 

Suena: Diana – Andrés Suarez

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Las yemas que detienen las horas

diciembre 11, 2008 9 comentarios

Por un momento, mientras el cigarro se consumía, me vi tocar el cielo con el dedo índice que uso para darme los tortazos. Hacía tiempo que las 19 de la tarde no eran como aquellas 19 que me cosquilleaban de arriba a abajo el alma. Mi resistencia a tenerla podrida es tal que no puedo aspirar a lo negro.

Y quise, quise volver a detener el tiempo, y quise volver a tocar la piel suave que tantas veces soñé, y quise verme en la terraza del desorden, y abrir la botella de cava, y volver a decirte aquello de «se me olvidó vivir». Y quiero hacerlo sin que tú sepas que es lo que haces aquí. Mi poderosa aliada siempre fue la inercia, el no pensar, la impulsividad de saber que tengo enfrente los ojos más bonitos de todos los ojos bonitos que jamás imaginé al apagar la luz.

La negritud, la bomba de lágrimas, el vacío que no me deja moverme ni avanzar, el saberme solo, el ver como pasan los meses y ver como la gente que tiene vidas diferentes a la tuya evoluciona, hace mucho ya que no veo el arcoiris de 180 grados. Y cuesta, cuesta, y ruje, y raja el cojín de la esperanza, y destroza el «lo mejor está por llegar», y tengo que sobreponerme a eso, porque yo supe amar, porque yo sé amar, porque yo amé. Sí, amé, y sentí lo más maravilloso dentro de mí, y comprendí que debo seguir haciéndolo, y no tener miedo, y ser fuerte.

La fuerza, aun no son las 20, y sigue intentando detener las horas, pero mis dedos no alcanzan, no son capaces de llegar allí donde mi cabeza quiere, no son capaces de encontrar aquello que mi alma siente, no son capaces de decirme «bienvenido al principio de lo nuevo». Y es que otra vez se me olvidó vivir, y sé que esta noche será de Velcro bar y de calle Asturias, y sé que esta noche volveré a Gràcia, allí donde quería ir cuando mi vida en Madrid se redujo a cenizas. Pero las horas pasarán, se consumirán, y no podré si no ser espectador de una vida desgastada por la melancolía, el romanticismo y la nostalgia. Pero así soy, y nadie lo verá, y nadie lo compartirá, pero seguiré así, sin miedo.

Hace tiempo aprendí, que las palabras de la gente

sirven para decidir, cuando debes ser prudente.

Hace tiempo aprendí, que las cosas no son blancas

sin poder yo elegir, se vió negra mi esperanza.

 

Me he pasado toda la tarde-noche escuchando «Esta noche tengo más de lo normal» .

A veces se me olvida que solo soy espectador.

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