Conexión
Y cuando se cierra el telón de ese cuarto a media luz, y cuando no soy capaz de ver más allá de tus ojos, es cuando entro en un estado de felicidad absoluta que no me deja de ninguna manera preocuparme de nada. Y cuando tu piel suave se apoya casi automáticamente en la yema de mis dedos, es cuando ya puede ocurrir cualquier cosa fuera de nuestro mundo, jamás me enteraré.
Y cuando clavamos nuestras miradas y el sudor se apodera de nosotros, cuando tiemblan las paredes y cuando el fuego invade una atmósfera entregada al tú y al mí, es cuando no puedo dejar de pensar en la felicidad que me (nos) rodea y hace que mis sentidos quieran insistentemente rozar el límite del cielo.
Me encantas, me haces sentir tan bien que no puedo si no agradecerte como me miras, como me sonríes y como me besas.
Somos un incendio.